Fragmento del Libro "Cartas al ausente"
PARTE DOS - ORITO PETROLERO.
MIS 25 AÑOS DE HISTORIA EN PUTUMAYO
Capitulo Uno - Por
primera vez en Putumayo (1968)
Este relato va dirigido como un
testimonio para quienes no conocen a Orito, y con más razón para aquellos que
sí lo conocen, especialmente para los que tienen la fortuna de haber nacido
allí, pero no conocían su historia.
Es mi deseo que sepan que soy uno de los
primeros pobladores, de los que vio crecer a Orito y guarda celosamente su
recuerdo como el más bello tesoro.
En esos tiempos para llegar a Orito
era indispensable ir primero hasta Puerto Asís. Desde Pasto hacia Orito no
había ruta de buses directa, debido a que la carretera Santana – Orito no se
había inaugurado.
Saliendo desde Puerto Asís, los turnos
de transporte hacia Orito empezaban a las siete de la mañana y el último salía
a las cinco de la tarde. Los vehículos eran buses escalera
(líneas o chivas) y camperos.
Yo llegué a Puerto Asís a eso de las
siete de la noche y madrugué a viajar en la escalera de siete de la mañana.
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Foto álbum familiar. Rio Orito - Campomula |
Mientras el bus avanzaba, en el camino
pregunté si alguien conocía a Gilberto Pantoja y me respondieron que en Orito
habían dos personas con el mismo apellido: Uno era un dentista que vivía en “filo de hambre” y otro que
vivía en “Campo Mula”.
De inmediato supe que el de “Campo
Mula” era mi hermano. Pregunté cómo podía llegar hasta allá y me dijeron: “Quédese en la
“Ye” que cualquier volqueta lo lleva, porque todos van a sacar balastro al río”.
Fue así como llegué a donde vivían mis
dos hermanos con sus familias.
Mi llegada causó bastante alegría
porque hacía varios años que no estábamos juntos. Pasadas unas horas de mi
llegada, Gilberto me preguntó si para la comida deseaba pescado o carne de
monte. Creí que me tomaba el pelo, pero le respondí que prefería pescado.
A eso de las tres de la tarde le dijo
a mi otro hermano, Manuel, que fueran por los pescados y efectivamente, apenas
había pasado una hora de su partida, escuchamos una detonación, y después de
unos cuarenta y cinco minutos regresaron con una buena cantidad de sábalos, bocachicos y otros peces.
LAS PRIMERAS CALLES DE ORITO
Caminando de la
Ye al Filo de hambre.
La Ye, es otro de los sitios y nombres
legendarios de Orito. Su nombre se desprende de los siguiente: Bajando del
sector conocido como filo de hambre hacia la salida de Puerto Asís, a unas diez
cuadras, hay una bifurcación de la carretera principal que conduce, una calle
hacia el pozo 72, y ésta misma vía conduce hasta la Balastrera de Campo Mula a orillas del río Orito. Esa
bifurcación de la calle se llama “La Ye”.
En Campo Mula, fue de donde una empresa
contratista de la Texas, VOLCORITO Ltda., sacó todo el balastro para la
construcción de las carreteras de acceso a las locaciones y pozos petroleros
con su flota de volquetas y volqueteros.
En los alrededores de la Ye. Vivian
varias familias muy reconocidas, en los primeros días de fundación de Orito.
Entre ellos: Los Rivadeneira; Los Viuche; Los Erazo; La Familia Castillo.
Igualmente el barrio tomó el nombre de
la Ye. En aquellos tiempos, se
estableció una Sede de una escuela o Colegio, muy cerca al predio de Los Castillo.
Quedaba también una de las primeras estaciones de servicio: La Bomba Texaco. Y pasando la calle, hacia el frente muy cerca
de donde es hoy la Panadería la Sultana donde estuvo ubicada la casa de madera
en la cual vivió mi señora madre y mi familia durante algún tiempo.
Casi al
frente de la casa de la Familia Coronado, casa del popular “Arepo”, quedaba un
kiosco de hojalata, era una tienda, y entre algunas personas se le conocía como
“La cueva del sapo”.
Si se tomaba el camino que llevaba
hacia Campo mula, es decir hacia el río Orito, se dirigía igualmente a la zona
de tolerancia. Actualmente es el barrio la Esperanza. Lugar que hoy día aún conserva la tradición de ser asentamiento
de bares y burdeles.
MI PRIMERA IMPRESIÓN - CASITAS DE MADERA - BARES Y CANTINAS
En la época de mi relato, alrededor
del año 1968. La construcción de viviendas en Orito, era muy escasa comparada
con la proliferación de bares y pequeñas cantinas que hacían de la venta de licor
y el trabajo de prostitución, el negocio más rentable y floreciente de la
época.
Tanto licor como prostitución fueron
negocios y factores incontrolados por mucho tiempo, y esto ayudó para que
muchos hombres se dejaran seducir por el encanto del momento, y que algunos
sucumbieran al embrujo del ambiente que nos tocó vivir como testigos
presenciales de la historia del naciente pueblo petrolero.
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Como característica particular, en
Orito en sus inicios todas sus edificaciones eran en madera y techos de zinc, o
de cartón. Orito como población naciente, dentro del sistema político y
administrativo de la intendencia del Putumayo, apenas alcanzaba a figurar como
inspección de policía.
El primer inspector nombrado por el
intendente del momento, fue el señor Abelardo Perea Racines, un señor afro
descendiente fundador y vecino del pueblo, que ejerció la ocupación de “tinterillo”;
igual que otro personaje también fundador, y de la misma ocupación, don Juan
Osorio.
Estos dos amigos fueron llamados los “abogados
de los pobres”, y fueron los asesores de los campesinos, a quienes les
redactaban toda clase de documentos, para entidades, autoridades y
particulares.
Viví en Orito veinticinco años y allí
nacieron mis tres hijos. Yo vi crecer el pueblo en medio de la selva. Quizás
los actuales habitantes de Orito no saben que por todas estas razones, me
considero un putumayense por adopción, por infinita gratitud y absoluta
convicción.
No puedo olvidar los veinticinco años
vividos bajo su cielo tutelar, respirando el aire puro de sus montañas. Y la
belleza de sus caudalosos ríos y quebradas.
Espero y aspiro volver a ese “pueblito
de mis cuitas y de casas pequeñitas” como era cuando lo conocí, para
embriagarme con su recuerdo. Con el recuerdo que de él conservo y conservaré
siempre.
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Foto álbum familiar. Rio Orito - El dos, puente Orito
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DE PEQUEÑO CASERIO A MUNICIPIO
El pueblito siguió su crecimiento
acelerado de población y desarrollo hasta convertirse en el Orito Municipio, mediante
el Decreto 2891 de
diciembre de 1.978 siendo Presidente de la República JULIO CÉSARTURBAY AYALA.
Para efectos Administrativos y Fiscales pertinentes, el Municipio de Orito,
comenzó a funcionar el primero (1) de julio de 1.979.
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Según como se relata en la página web
oficial del municipio de orito así fueron sus inicios:
“(…) En 1968, la
Ley 72 creó la intendencia del Putumayo, constituida de manera oficial en 1969;
finalmente, el 4 de julio de 1991, la Asamblea Nacional Constituyente creó el
actual departamento del Putumayo.
Hacia el año de 1963, varias personas
provenientes de todo el país, atraídas por la riqueza que representaba el
descubrimiento del oro negro en la región, y encabezadas por los señores
Jacinto Losada y Manuel Loyola, y secundadas por Apolinar Bustos, Antonio
Álvarez, Jesús Castaño, Neftaly Oyola, Guillermo Chamorro, Julio Girón, Antonio
Pantoja, Arturo Quiroga y Gregorio
Delgado, se dieron a la tarea de organizar una población, la
que es el origen del actual pueblo de Orito.
La instalación en sus cercanías de
los campamentos de las petroleras y los ingresos por concepto de la explotación
petrolífera, permitieron al poblado crecer aceleradamente hasta ser convertido
en municipio el 1 de Julio de 1979”.
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UNO DE LOS PRIMEROS
Entre los fundadores y verdaderos
colonizadores de Orito, debe haber varias personas que no se mencionan en la
historia oficial.
De esta manera para que se registre en
la historia del municipio, se menciona como fundador al señor Gilberto Pantoja
Ortiz (El gallero), quien fue yerno de
Gregorio delgado (mencionado líneas arriba).
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Fotografía del álbum familiar GP - Gilberto Pantoja Ortiz |
Gilberto fijó su residencia a Orillas
del rio Orito en “Campo mula”. A su
llegada a este territorio tomó posesión de un amplio territorio ubicado frente
al embarcadero del rio Orito, cruzando el río, en Campo mula, lugar donde
hacían su arribo las embarcaciones provenientes (de rio abajo) de Puerto Asís especialmente,
porque en ese entonces la carretera que viene desde Santana hasta Orito aún no
estaba terminada.
Contaba mi hermano, que en su “finca”
al otro lado del río, donde estableció un próspero cultivo de maíz, yuca y
plátanos, además de una marranera, era abundante la presencia de animales de
monte. Por esta razón la cacería era una de sus actividades frecuentes, de
donde él y otros colonos obtenían gran
parte del sustento para sus familias.
Era frecuente encontrarse borugas,
cerrillos, pajuiles y grandes manadas de monos chorongos, que no escapaban a la puntería de los
cazadores.
También era muy abundante la pesca, en
las diferentes quebradas y en el mismo río Orito. Como todos los días para ir o
regresar de los jornales en la platanera, tocaba atravesar las torrentosas
aguas del Orito, en canoas impulsada por canalete. Casi siempre y de manera
increíble, de la tanta abundancia de peces, doradas, sábalos, sabaletas,
sambicas y otros de gran tamaño, en su agitada huida al paso de las canoas
terminaban dentro de estas, sin necesidad de que los pescaran con redes o
anzuelos.
No obstante la abundancia, en esos
tiempos ya era común el uso de la dinamita para la pesca. Atrapaban cantidades
exageradas de pescados, y muchos más eran abandonados en el río. Esto,
lógicamente, traería sus consecuencias a futuro. Hoy en día esa abundancia ya
no existe.
Eran memorables las historias de
pescadores, entre ellos mi hermano Gilberto, contando las increíbles historias
de la pesca de bagres y pintadillos gigantescos. Cuentan que llegaban a
atrapar bagres a veces más grandes que
un hombre y que muchas veces superaban las cinco arrobas de peso.
Igualmente memorables son los relatos
de los encuentros con el pez más temido de todas las aguas del Putumayo: El
implacable “Temblón” o anguilla eléctrica. Entre ellos el más peligroso, el
llamado Guacamayo, por sus colores de visos rojo y azules encendidos. Capaces
de dejar paralizado y muerto a un hombre de un solo coletazo.
Gilberto Pantoja estuvo casado con la
señora Elina Delgado Tarapuez, quien aún vive en el barrio la Simón Bolívar, en
Orito, y en consecuencia ella también debería ser reconocida como fundadora.
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Fotografía del álbum familiar GP - Elina Delgado Tarapuez
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FUNDADORES SIN FUNDADORAS - TERRITORIO SIN NATIVOS
Como dato curioso de la historia de
Orito, se descubre que entre los fundadores reconocidos oficialmente no se
reconoce ningún nombre de mujer. Tampoco se reconocen los nombres de los indígenas,
por lo menos los nombres de sus líderes, taitas o ancianos jefes de familias
Otro aspecto que se advierte, es la
perspectiva o el enfoque como se cuenta la historia de Orito, que generalmente
como se narra la historia es desde el punto de vista del vencedor, del colono,
del que finalmente resultó dueño de las tierras. Pero, y de los antiguos
dueños. . . Qué?
Así, sucede con la historia de Orito,
narrada como si iniciara desde que los colonos advenedizos a estas tierras
aparecieron, o cuando las empresas petroleras hicieron sus asentamientos en el
territorio; pero debemos tener en cuenta las voces de quienes ya existían en
estas tierras. Y naturalmente acá ya había gente viviendo ancestralmente.
Es el caso de los Indígenas Sionas, quienes narran su versión en su portal
oficial, y nos revelan datos muy valiosos del origen del nombre de Orito:
“(…)
Esta dinámica continuó, y fue agravada en 1963, al iniciar la perforación del
primer pozo petrolífero productivo en Putumayo por la empresa norteamericana
Texas Petroleum Company, en territorio Siona denominado Oritos, a orillas del
río Orito Pungo.
Fue clara la
magnitud del impacto causado a los pueblos indígenas desde los inicios de la
actividad petrolera, su presencia generó la súbita y creciente oleada de
colonos en el territorio que con la apertura paulatina de trochas petroleras
estimuló procesos de ocupación, de colonización y de valorización de las áreas
a lo largo de esos nuevos caminos, esta dinámica desterró literalmente a la
población indígena Siona de Orito-Pongo”.
Volviendo a la historia oficial. Su primer alcalde designado por decreto, fue
el señor Hely Ramírez Sepúlveda. A éste
señor le siguieron también nombrados por decreto, los señores: Abelardo Perea
Racines, Hernán Charry y Carlos Vélez.
Luego vinieron los alcaldes elegidos
por voto popular y éstos fueron:
Tulio González de 1988 a 1990;
Ovidio Rango Esguerra de 1990 a 1992;
Adalberto
Narváez del primero de julio de 1992 a 1994;
Wilson Robles del 01 de enero de 1995 al 30 de abril de 1996;
Luis
Alfredo Urbano del 05 de julio de 1996 al 18 de enero de 1999;
Carlos
Julio Rosas Molina, del 09 de junio de 1999 al 29 de noviembre del 2000, muerto
violentamente.
Abelardo
Perea Racines del 14 de diciembre del 2000 al 03 de mayo de 200;
Miguel
Alirio Rosero Cisneros, del 2001 al 03 de mayo del 2004;
Alirio
Martínez, del 04 de mayo de 2004 al 25 de octubre de 2006;
Bertha
Ligia Pantoja (encargada por decreto) del 26 de octubre de 2006 al 31 de
diciembre del 2007;
Argenis
Velásquez Ramírez, del 2008 a 2011; y
José
Luis Angulo Riofrio, de 2012 a 2015.
Entre los últimos alcaldes, estuvo un nieto de
una de las señoras más recordadas y queridas de la población, la ya difunta
Doña Carmen Ocoró. La mamá de los Ocoró Carabalí, dignos y legendarios
apellidos de ascendencia africana, radicados en el barrio el Sábalo.
Está en ejercicio de sus funciones
como Alcalde desde el día primero de
enero del año 2016, su nombre: Manuel Eduardo Ocoró Carabalí.
Actualmente, repirtiendo periodo como alcalde, está en funciones José
Luis Angulo Riofrio, desde enero de 2020.
El municipio de Orito tiene como lema
y fundamento. “Volver a creer para crecer”. La dirección de su palacio
municipal, es: calle 8 Nª 9 – 13. Queda exactamente bajando la calle principal.
Antiguamente, frente al palacio
municipal, donde hoy está construido el parque en línea.
Esa zona fue la locación de la plaza
de mercado. Estaban ubicados todos los puestos de venta de verduras y de
vivieres que llegaban desde pasto; estaba ubicada la carnicería; puestos de ventas de comida y
de fritanga; muchos bares y cantinas.
Hacia una esquina, donde cruza la
calle que en un sentido baja al barrio unión, y hacia el toro sentido baja
hacia la calle nueva que conecta con el barrio la esperanza y el barrio
Colombia; allí se ubicaban las plantas Municipales.
Guillermorelata.blogspot.com