Era 1968, estaba próximo a cumplir mis 24 años de vida. Hacia poco había presentado mi baja al Ejercito nacional, donde me hice cabo del arma de infantería. Nunca antes tuve la intención de llegar a esas remotas tierras del Putumayo; mucho menos me imaginaba el pequeño caserio que algunos le decian "El Oriente", otros "El Orito". La intensión de mi llegada al famoso pueblito del petróleo, era estar solo unos días... Pero ese corto viaje, duraría nada más que 25 años.
Del Batallón Roock salí en uso de buen retiro, el primero de enero de 1968, es decir por voluntad propia. Inmediatamente después de mi retiro de las filas del ejército, dejando atrás la disciplina y la vida militar, a solo tres meses de ser nuevamente civil, llegue a Orito, donde vivían mis dos hermanos mayores, Gilberto y Manuel. Mi intención era visitarlos y seguir hacia Bogotá, pero el destino me tenía señalada otra ruta, y por ésta razón, a partir de aquí empieza otro capítulo en la historia de mi vida.
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Fotografía años 60: Trabajadores petroleros mostrando boas cazadas
– Orito y la explotación petrolera (Devia
Claudia - 2004) |
En en esos tiempos para llegar a Orito era indispensable ir hasta Puerto Asís, debido a que la carretera Santana – Orito no se había inaugurado. Los vehículos eran buses escalera y camperos.
Yo llegué a Puerto Asís a las siete de la noche y madrugué a viajar en la escalera de siete de la mañana. En el camino pregunté si alguien conocía a Gilberto Pantoja y me respondieron que en Orito habían dos personas con el mismo apellido: uno era un dentista que vivía en “filo de hambre” y otro que vivía en “Campo Mula”. De inmediato supe que el de “Campo Mula” era mi hermano. Pregunté cómo podía llegar hasta allá y me dijeron: quédese en la “Ye” que cualquier volqueta lo lleva, porque todos van a sacar balastro al río.
Tanto licor como prostitución fueron negocios y factores incontrolados por mucho tiempo, y esto ayudó para que muchos hombres se dejaran seducir por el encanto del momento, y que algunos sucumbieran al embrujo del ambiente que nos tocó vivir como testigos presenciales de la historia del naciente pueblo petrolero.
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Instalación de pozos petroleros - Sector guayabales, Orito. |
El primer inspector nombrado por el intendente, fue el señor Abelardo Perea Racines, un afro descendiente fundador y radicado en el pueblo, que ejercicio la ocupación de “tinterillo”, igual que otro personaje también fundador, y de la misma ocupación, don Juan Osorio. Estos dos amigos fueron llamados los “abogados de los pobres". Fueron los asesores de los campesinos, a quienes les redactaban toda clase de documentos, para entidades, autoridades y particulares.
Viví en Orito veinticinco años y allí nacieron mis tres hijos. Yo vi crecer el pueblo en medio de la selva. Quizás los actuales habitantes de Orito no saben que, por todas éstas razones, me considero un putumayense por adopción, por infinita gratitud y absoluta convicción. No pude olvidar los veinticinco años vividos bajo su cielo tutelar, respirando el aire puro de sus montañas.
Espero y aspiro volver a ese “pueblito de mis cuitas y de casas pequeñitas” como era cuando lo conocí, para embriagarme con su recuerdo. Con el recuerdo que de él conservo y conservare siempre.
(...Todo el relato en el libro).
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Orito en la actualidad - Que diferencia! |
Guillermorelata.blogspot.com
Guillermo, yo también viví y trabajé en Orito por 10 años. Espero regresar y creo que al menos un amigo mio también regresaría gustoso. Podemos hablar y organizar un viaje a Orito, que luce muy cambiado comparado con el pueblo que dejamos.
ResponderBorrarEdilberto Prieto
Saludos Edilberto
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